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Blog de diseño e ilustración en el que espero poder expresaros mis inquietudes en cuanto a diseño, ilustración, música, letras varias y todo aquello que hace que la vida sea un poquito más llevadera. Imaginar es gratis y crear la cualidad que nos hace únicos y peligrosos!

jueves, 29 de marzo de 2012

Rota



Aprovechando la ilustración os transcribo la experiencia de una persona que puede perfectamente ser anónima en este mundo en que todos estamos perdiendo nuestra identidad.

Hoy, 29 de marzo, Huelga general de trabajadores, nosotros nos manifestamos en huelga de silencio, hartos de estar callados sin siquiera poder exponer los hechos. La evidencia está en la calle. Cómo es posible que sea invisible?

18 euros y treinta y siete céntimos. Eso valen cuatro horas mías de trabajo. Eso es lo que han decidido pagarme por mis cuatro primeras horas de trabajo aquí, en este sitio. En este hueco de la crisis que llaman empleo. En este parche que le he puesto a mi vida para poder pagar las tres horas escasas de tiempo libre que tengo a diario. En eso se ha convertido mi vida: en un zurcido tras otro y en mendigar lo que ellos me quieran pagar. En un discurrir silencioso a través de las horas que me traspasan como el humo impregna la ropa: sin macharla pero dejando la huella pestilente del olor a pólvora. Así estamos: trabajando en tres sitios, sesenta horas a la semana y robándole al sueño el tiempo de descanso para transformarlo en delirio, en un constante volver a aprender a sumar y a restar, en hacer de las tablas de multiplicar una monserga tántrica que consigue desvirtuar el resultado de los productos porque lo que aprendimos de pequeños ya no vale. Tanto nos está jodiendo la crisis que ahora hay que sumar peras y plátanos para tener manzanas. Hacemos malabarismos con las latas de conserva y multiplicamos nuestros esfuerzos por mil para poder hacer frente a esas jornadas inacabables. Y por suerte tenemos trabajo. Aunque ello suponga hibernar de nuestras vidas, de nuestras familias, de nuestro ocio. Veo a mi hija dos, tres horas al día con suerte. Libro los domingos, por suerte también aunque no mi marido, que libra los martes. Yo trabajo de día. Él de noche. Se nos ha roto el amor, lo sé. Lo veo en sus ojos pero por suerte tenemos trabajo los dos aunque cuatro horas valgan 18 euros con treinta y siete céntimos. No quiero pensar en la regla de tres. Y ellos siguen con su vida: sus coches, sus segundas residencias, sus clubs privados, sus fiestas. De aquí a poco construirán barracones para no tener siquiera que vernos porque esta crisis les ha dado derecho a sentirse superiores, demostrarlo, resarcirse y alardear de ello. Porque ellos aún no han caído. Porque nosotros seguimos trabajando para que ellos puedan continuar siendo felices. 18 euros y treinta siete céntimos. Cuatro horas. Eso valgo.

3 comentarios:

  1. Su victoria no llegará con nuestra derrota, sólo ganarán el día que nos demos por vencidos y el día que consigan vencernos perderán más de lo ganado.
    Sólo son malos perdedores.

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    1. ... Y nosotros no tenemos intención ninguna de rendirnos. Ja, ja. Muy bien Miles, eres de los nuestros, antes roto que doblado! Aunque de vez en cuando molaría poder ganar, o al menos salir ganando.
      Disculpa que haya tardado tanto en responder pero la vida me acecha. Saludos

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  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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