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Blog de diseño e ilustración en el que espero poder expresaros mis inquietudes en cuanto a diseño, ilustración, música, letras varias y todo aquello que hace que la vida sea un poquito más llevadera. Imaginar es gratis y crear la cualidad que nos hace únicos y peligrosos!

jueves, 29 de marzo de 2012

Por el placer de escribir inspirándome en tu recuerdo

Recuerdo que se acercaba como un swing, dulce, sonoro, con olor a flores maduras y sudor de mujer. Montaba sus dedos sobre el linde de mi sonrisa y la verdad que ocultaba: mi miedo a seguir oyendo el repiqueteo de sus uñitas de niña sobre la mesa... Era verdad, yo estaba allí y moría con cada una de las rayitas de su iris de miel. Y, cómo no, era verano, y apretaba un viento tibio que rellenaba su presencia, también de niña.  Yo no podía dejar de sudar mientras la música moría tras su sonrisa. Por qué ella? El destino acostumbra a fastidiarme pero no hasta tal extremo, no hasta el punto de convertir los segundos en horas al vacío, en constantes tientos dubitativos. Sabía que a partir de aquel momento no iba a poder apartar su recuerdo efervescente de mi consciencia, sabía que siempre iba a estar ella allí, pegada a mi frente, que es como imagino la presión de sus ojos, renovada y eterna, vigilante y tenaz.

 



Greta se llamaba, y no se molestaba ni en disimular sus intenciones. Tan dulce era, tan intemporal, como un hada inmortal. Me esfuerzo por intentar recordar cuándo fue que su persona se despegó de la masa de carne que conforma el resto del mundo que, por su culpa, ha dejado de importarme. Su recuerdo me ha ido perforando como un fenómeno acuoso, como el viento erosiona las rocas. Hormiguita ella, se metió un día en mi terrario y sin saberlo flanqueó la alarma del peso de mi edad y mi razón. Y aquí se instaló, y yo sin quererlo.  Todo mi esfuerzo se concentra en encontrar una fórmula para el olvido si es que existe. Pagaría con mi alma por obtener tal mezcla, sortilegio o remedio de curandería. Y a través de mis ojos cansinos la veo y la recorro, intentando culparla de mi deformidad, echándole en cara que soy un monstruo a causa de su belleza. Busco amagos de muescas del tiempo en su rostro y al llegar a su boca su risita tintineante me destroza el tenderete y me pierdo, me desarma y abandono.

Su tacto era salvaje y almizclero. Cómo no, joven! Siempre el mismo obstáculo entre nosotros, insalvable. Déjame saborear con la imaginación tu piel y los escalofríos que la recorren, tus pecas, tan infantiles de nuevo sin maquillaje, sin embudos, piel a secas. Rodillas huesudas de juguete. Cómo anhelo acariciarlas… Y mi ansia sin remedio se trunca en la conciencia del tiempo vivo y la imagen muerta. Tú siempre serás una niña y yo estoy condenado a seguir viviendo sin ti, contemplando esta foto inmortal que sujeto con mis manos temporales. Te añoro, Greta.

Ilustración: Morcimen - Texto: La Brujita Ye-Ye

Rota



Aprovechando la ilustración os transcribo la experiencia de una persona que puede perfectamente ser anónima en este mundo en que todos estamos perdiendo nuestra identidad.

Hoy, 29 de marzo, Huelga general de trabajadores, nosotros nos manifestamos en huelga de silencio, hartos de estar callados sin siquiera poder exponer los hechos. La evidencia está en la calle. Cómo es posible que sea invisible?

18 euros y treinta y siete céntimos. Eso valen cuatro horas mías de trabajo. Eso es lo que han decidido pagarme por mis cuatro primeras horas de trabajo aquí, en este sitio. En este hueco de la crisis que llaman empleo. En este parche que le he puesto a mi vida para poder pagar las tres horas escasas de tiempo libre que tengo a diario. En eso se ha convertido mi vida: en un zurcido tras otro y en mendigar lo que ellos me quieran pagar. En un discurrir silencioso a través de las horas que me traspasan como el humo impregna la ropa: sin macharla pero dejando la huella pestilente del olor a pólvora. Así estamos: trabajando en tres sitios, sesenta horas a la semana y robándole al sueño el tiempo de descanso para transformarlo en delirio, en un constante volver a aprender a sumar y a restar, en hacer de las tablas de multiplicar una monserga tántrica que consigue desvirtuar el resultado de los productos porque lo que aprendimos de pequeños ya no vale. Tanto nos está jodiendo la crisis que ahora hay que sumar peras y plátanos para tener manzanas. Hacemos malabarismos con las latas de conserva y multiplicamos nuestros esfuerzos por mil para poder hacer frente a esas jornadas inacabables. Y por suerte tenemos trabajo. Aunque ello suponga hibernar de nuestras vidas, de nuestras familias, de nuestro ocio. Veo a mi hija dos, tres horas al día con suerte. Libro los domingos, por suerte también aunque no mi marido, que libra los martes. Yo trabajo de día. Él de noche. Se nos ha roto el amor, lo sé. Lo veo en sus ojos pero por suerte tenemos trabajo los dos aunque cuatro horas valgan 18 euros con treinta y siete céntimos. No quiero pensar en la regla de tres. Y ellos siguen con su vida: sus coches, sus segundas residencias, sus clubs privados, sus fiestas. De aquí a poco construirán barracones para no tener siquiera que vernos porque esta crisis les ha dado derecho a sentirse superiores, demostrarlo, resarcirse y alardear de ello. Porque ellos aún no han caído. Porque nosotros seguimos trabajando para que ellos puedan continuar siendo felices. 18 euros y treinta siete céntimos. Cuatro horas. Eso valgo.

Con los ojos de un niño


"No puedo evitarlo. Ya nada me importa. Todo se ha vuelto borroso. Sólo veo el bosque como una masa viscosa a través de mis lágrimas. Y no, no soy egoísta, tengo derecho a sentirme herido. Mi pena es inmensa, infinita y no se marchará nunca porque es mía y de nadie más. Nada puede consolarme ni siento compasión por nadie que no sea yo. Sé que debería estar llorando la muerte de Jimmi Hodges pero mi desgracia es mayor. Nunca más volveré a enamorarme, nunca!!!! Este bosque acuoso es testigo de mi firmeza. Nadie más volverá a herirme y cuando me muera ella sentirá su arrepentimiento como algo tan profundo que no se podrá perdonar en la vida. Su culpa caerá sobre ella como una lápida y sabrá el daño que me ha hecho y ya no podrá remediarlo. Ojalá me muriera ahora mismo y ella lo sentiría siempre. Sí, ojalá resbalara al cruzar el puente y se me llevara el río para depositar mi cuerpo en la orilla junto a la escuela para que todos me descubrieran y la señalaran. Y ella sabría que me ha herido. Ahora tendré que esconder mi herida tras la mentira de llorar a Jimmi Hodgens y tendré que fingir que mis lágrimas son por él. Y sólo yo sabré el origen de mi desdicha porque es tan grande que sólo yo puedo soportarla. Y nunca más volveré a ser niño, ni inocente, ni feliz porque nunca más volveré a amar a Becky porque ella no sabe perdonar."



Ésta es una muy libre interpretación* del texto extraído del libro de “Tom Sawyer” propuesto como tema para el “1er. Concurso de Ilustración de la Editorial Proa Espai 2011” al que me presenté. No salí ganador, tampoco perdedor. La experiencia ha sido buena porque he aprendido mucho de ella. Me he arriesgado a interpretar un texto a través de un dibujo y he leído un libro fantástico y muy inspirador. A quien quiera recordar el aroma de su adolescencia, de los veranos de vacaciones interminables, los romances de juventud frustrados en los que nos iba la vida y los secretos compartidos con un mejor amigo, le recomiendo que lea el excelente libro de Mark Twain, que, como Salinger creo que nunca dejaron de ser jóvenes en su literatura. Qué afortunados!



*de mi colaboradora, como empieza a ser habitual: La brujita Ye-Ye.